Margaret Millar (Kitchener, Canadá, 1915 – California, 1994) tenía talento musical pero no se dedicó a esta disciplina. Se entusiasmó por la arqueología pero no terminó su licenciatura. Lo que definió su futuro fue una larga convalecencia durante la que leyó mucho y pensó que podía escribir mejores textos que los que leía. Y así se convirtió en escritora.
El éxito, la popularidad y el reconocimiento le llegaron pronto. Sin embargo, antes de fallecer, Margaret Millar ya se había convertido en una autora olvidada.